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LOS ORÍGENES DE LA PSICOLOGÍA: LA FILOSOFÍA

La Psicología antiguamente era considerada una rama de la Filosofía (Legrenzi, 1986), definiéndose en sus comienzos como la ciencia del alma. Fue en el siglo XIX cuando finalmente se independiza y constituye como disciplina científica, al utilizar el método hipotético-deductivo aplicado al conocimiento de la mente humana. Muchas de las corrientes psicológicas actuales se han construido en base a las doctrinas filosóficas de la época y la evolución de sus planteamientos.

Platón en el siglo IV a. C. esbozó el dualismo mente-cuerpo y la división del alma en tres partes (racional, impulsiva o animosa y pasional o apetitiva) planteando así una teoría motivacional que se asemeja a los postulados psicoanalíticos de Sigmund Freud del siglo XIX, los cuales consideraban que el comportamiento humano era el resultado de una lucha inconsciente entre los impulsos y las leyes sociales. Gracias a Sócrates y su “diálogo o debate socrático”, una persona es capaz de llegar a un mayor entendimiento de sus circunstancias a partir de preguntas realizadas por otra persona que actúa como guía.

Es interesante reflexionar que, en la evolución de las distintas corrientes de pensamiento, no solo aparecen variables nuevas, sino que existen cambios con respecto a la relación entre ellas y cuál es prioritaria frente a las demás. Por ejemplo, tomemos como referencia tres variables: realidad física o mundo externo, la mente humana y el conocimiento. Para Platón el conocimiento, o lo que él denomina el mundo de las Ideas existe de forma abstracta, independientemente de la mente humana. Con el concepto de tabula rasa, Aristóteles (siglo IV a. C.) propone que los seres humanos somos pizarras en blanco, por lo que sólo a partir del aprendizaje adquirido en la experiencia llegamos al conocimiento. Posteriormente, es el Racionalismo de Descartes (siglo XVII) el que determina la existencia de fenómenos psicológicos innatos, “no hay nada en la mente que no haya pasado antes por nuestros sentidos (Aristóteles), nada excepto las propiedades de la mente” (Leibniz, siglo XVII). Finalmente, los principios de Kant (siglo XVIII) suponen un punto de inflexión al conectar ambas propuestas y dictaminar que la realidad, el conocimiento, existe por sí mismo y que todo lo que llegamos a conocer lo percibimos en función de nuestra propia mente: constructivismo.

En el siglo XIX existió otro debate con respecto a los procesos mentales: según el estructuralismo de Wilhelm Wundt se podía comprender el proceso mental complejo a partir del estudio de los elementos más básicos, mientras que el funcionalismo de William James se centraba en el funcionamiento del conjunto más que en el estudio de las partes. ¿No es similar al planteamiento de la Psicología Gestalt de que el todo no es solo la suma de las partes?

Así, han ido apareciendo diversas corrientes psicológicas polarizándose en función de la predecesora. Por ejemplo, tras el Psicoanálisis y la emergencia del inconsciente, apareció el Conductismo, con Watson y Skinner como los máximos representantes, determinando que la Psicología tenía que ser una disciplina práctica que centrara sus energías en predecir y controlar la conducta, al ser una variable objetiva y manipulable. Posteriormente, en las décadas de los 50 y 60, nace la Tercera Fuerza, la Psicología Humanista, con el objetivo de despatologizar al ser humano promoviendo su aceptación y comprensión, concibiéndole como un todo, valorando su contexto vital, sus emociones y pensamientos. Abraham Maslow y Carl Rogers son figuras relevantes de este enfoque, el cual resaltó también la importancia de la relación entre terapeuta y paciente.

No podemos olvidar, por tanto, los orígenes de los planteamientos actuales, cuya evolución nos ofrece pistas para poder comprender mejor al ser humano y poder ayudar, por tanto, a nuestros pacientes, no solo en lo relativo a plantear hipótesis sobre el origen del malestar, sino también en lo referente al trato que merecemos todas las personas, cada una con su idiosincrasia.

Alejandra García Mañas

Psicóloga Sanitaria en NB Psicología

26 de marzo de 2024

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