
“Es absurdo que el propio “yo” ocupe el último lugar de la expresión de afecto que somos capaces de dar. Vivimos postergando las gratificaciones que merecemos” Walter Riso
¿Has escuchado hablar alguna vez del síndrome del impostor? A lo mejor el nombre te suena, o a lo mejor no, pero es posible que sin identificarlo te hayas preguntado alguna vez: ¿Por qué me cuesta tanto creer en mí y en lo que soy capaz de conseguir?
Todas las personas nos hemos sentido así en algún momento de nuestra vida, nos ha acompañado ese miedo de que descubran que no somos del todo buenos en algo, que no estamos lo suficientemente preparados, que nos falta cierta destreza…
¿Alguna vez has atribuido el éxito o un logro personal, laboral, académico…, a la suerte y has ignorado el esfuerzo y el trabajo que te ha llevado hasta allí? Dudar de nuestras propias capacidades resulta agotador y repercute sobre nuestro autoestima y autoconcepto.
Entonces…
¿Qué es el Síndrome del impostor?
Hace referencia a un problema en el que las personas afectadas sienten que no son merecedoras de lo que han conseguido, de esta forma, piensan que se están atribuyendo un éxito que no les corresponde e incluso que se lo están arrebatando a alguien que se lo merece más. En definitiva, sienten que son unas impostoras o un fraude. Esta sensación, no sólo es agotadora de por sí, sino que genera una situación de alerta y de miedo por la posibilidad de que la gente lo descubra.
Este síndrome tiene más repercusión en el ámbito laboral, aunque también puede ocurrir en el ámbito social, familiar o académico. La sensación de falta de confianza en uno mismo en el ámbito que sea, termina limitando las capacidades de la persona y por lo tanto puede suponer un obstáculo a la hora de perseguir metas.
Causas del síndrome del impostor
A pesar de conseguir éxitos e incluso ser reconocidos por ello, el síndrome del impostor implica incredulidad con uno mismo. Esta incredulidad se debe principalmente a:
- Baja autoestima
- Críticas durante la infancia o la adolescencia sobre la historia académica
- Falta de seguridad y de confianza en uno mismo
- Inseguridad
- Autoexigencia
- Creencias limitantes
- Distorsiones cognitivas
¿Cómo identificarlo?
Cada persona vive las emociones de una manera, percibe las situaciones de formas diferentes, y reacciona ante sucesos de forma totalmente dispar. Es por esto por lo que no hay un único síndrome del impostor, sino que dentro de este se pueden identificar 5 subtipos entre los que nos encontramos con:
- El perfeccionista: dentro de este tipo nos encontramos con altos niveles de autoexigencia lo que genera niveles muy altos de frustración. Una forma de identificar las personas que se engloban dentro de este tipo sería fijándonos en las metas que se proponen ya que normalmente, suelen ser metas imposibles de alcanzar lo que genera mucho malestar físico y mental.
- El experto: Dentro de este tipo destacaría el dudar de las propias capacidades en todo momento. Estas personas tienden a infravalorarse y nunca sienten que saben lo suficiente.
- El “superman” o la “superwoman”: El rasgo definitivo de este tipo es que la persona siente que si no es capaz de hacer sola el trabajo de varias personas demuestra que no está lo suficientemente cualificada. Esto le lleva a adoptar cargos que no le corresponden y a sobrecargarse.
- El “yo lo hago todo”: Este tipo se puede confundir fácilmente con el anterior, la diferencia entre uno y otro está en que, en este tipo, la persona tiene miedo de pedir ayuda ya que siente que al hacerlo está mostrando debilidad. Esto puede llevar al aislamiento y a dejar de lado a las personas importantes de su vida.
- El genio: Este perfil siente que debe destacar y ser el primero y el mejor, no contempla el fracaso. Este tipo se relaciona con mayores niveles de frustración y, sobre todo, altos niveles de autoexigencia.
¿Cómo podemos evitar caer en el síndrome del impostor?
Hay veces en las que entramos en esta dinámica y no somos conscientes de ello ya que se trata de un síndrome muy silencioso. Es importante tomar conciencia de cómo estamos tratándonos, identificar cuando nos estamos valorando negativamente o cuando estamos sintiendo que no sentimos no merecemos nuestros triunfos. Es importante recordar logros de vez en cuando y respaldarlos con hechos objetivos. Además, compartir esta información con alguien cercano también puede ayudarnos a mantenernos lejos del autosabotaje.
Otra cosa a poner en práctica es premiarse a uno mismo, celebrar logros debido a que esto fortalecerá el amor propio y la autocompasión. Es importante entender que cometer errores no está mal, el error está en castigarse por ellos, no aceptarse y, sobre todo, no quererse.
Como psicólogos, podemos encontrarnos en dos situaciones:
- Podemos estar atendiendo un caso con esta sintomatología, donde tendremos que ayudar al paciente a tomar conciencia de lo que está ocurriendo, trabajando con su voz crítica y acompañándola con una voz más compasiva.
- Podemos sentirnos así como terapeutas, si identificas esta sintomatología en ti, sería recomendable poder acudir a un profesional para que pueda ayudarte en la gestión de estás sensaciones tan comunes. Además, te vendría bien supervisar esta inseguridad para que no interfiera en el trabajo de tus casos. Si lo necesitas, puedes acceder a nuestras supervisiones de casos, incluidas en nuestra sección EPI, o bien, solicitar información para comenzar un proceso terapéutico con nuestro equipo NB psicología. Como psicólogos también debemos cuidarnos y prestarle atención a las sensaciones que nos producen nuestros pacientes para poder brindarles la mejor ayuda posible.
Laura Barreiro Lafuente
Psicóloga Sanitaria en NB Psicología